En el momento didáctico de cierre de una clase se busca que los estudiantes visualicen qué aprendieron y cuál es la utilidad de las actividades, estrategias y experiencias desarrolladas, para así promover su aprendizaje.
En esta publicación mostramos 3 actividades de cierre de una clase que hemos encontrado y nos parecen dignas de compartir. Estas actividades pueden ser adaptadas al contexto y grupo de estudiantes.
Breve resumen en 1 min: En un minuto, cada estudiante debe resumir lo aprendido o trabajado en la clase y escribirlo. Luego, se reúnen en grupos, comparten sus resúmenes y eligen el mejor o redactan uno nuevo, también breve. Lo anterior se debe realizar en un tiempo determinado. Finalmente, algunos o la totalidad de los grupos comparte su resumen en un pleno. En el pleno se pueden enfatizar conceptos o estrategias, resolver dudas, etc. Además, el docente puede hacer una evaluación de los aprendizajes alcanzados, en base a los resúmenes expuestos. 5 – 3 – 2 respuestas o ideas: Se realiza una pregunta abierta, que permita enlistar respuestas o ideas. Se pide a los estudiantes que cada uno enliste 5. Luego, deben reunirse en parejas y elegir las 3 mejores respuestas que tienen en conjunto. Posteriormente, deben reunirse en grupos de 6 estudiantes, donde cada pareja compartirá sus 3 respuestas y el grupo elegirá 2, la cuales compartirán al grupo curso a través de un pleno o escribiéndolas en las pizarra. Qué aprendí y que me gustaría aprender: Se solicita a los estudiantes que indiquen 3 aprendizajes que hayan tenido durante la clase y, además, se les solicita que indiquen qué les gustaría aprender en la próxima. Luego, se comparten las respuestas en un pleno, guiando la conversación a afianzar conceptos o estrategias, resolver dudas y a presentar lo que se trabajará en las próximas clases.
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Durante mucho tiempo, la evaluación se ha entendido como el cierre de la enseñanza: el momento de corregir, asignar calificaciones y finalizar una unidad. Sin embargo, cuando se integra al desarrollo de la clase, su propósito e impacto cambian significativamente. La evaluación formativa permite recoger información mientras se aprende, para ajustar lo que se enseña y cómo se enseña. Este enfoque transforma cada clase en una oportunidad para observar, retroalimentar y mejorar. Evaluar formativa...
En muchas aulas, el silencio no es señal de atención, es señal de miedo a equivocarse, miedo al juicio de los compañeros o miedo al rechazo del profesor. Miedo a equivocarse, al juicio de los compañeros o al rechazo del profesor. Este temor frena la participación en discusiones académicas y limita el aprendizaje. Pero, ¿cómo podemos transformar ese miedo en confianza?, ¿cómo crear espacios donde los estudiantes se sientan seguros para opinar, preguntar y debatir?
¿Qué tan conscientes somos de lo que nuestros estudiantes ya saben antes de comenzar una nueva unidad o proyecto? En el aula, muchas veces avanzamos con los contenidos sin detenernos a explorar qué ideas, representaciones o experiencias traen consigo quienes aprenden. Sin embargo, la activación de conocimientos previos es una oportunidad pedagógica poderosa para fomentar aprendizajes profundos, conectar conocimientos base del estudiante y dar sentido a lo que aprenden.